lunes, 7 de septiembre de 2009

Me cae que soy muy afortunado

Pues una vez que hube recogido mi maleta me dispuse a llegar a mi destino final que era un alojamiento en un pueblo en las afueras de Madrid, para lo cual primero tomé el metro... chale, sí hay una diferencia grande, de entrada los boletos los despacha una máquina y no una señora enojada, después: siendo las 9 y cacho de la noche hay muchas chavitas y mujeres solas viajando solas, y lo mejor de todo es que nadie las molesta debido a la poca ropa que traen encima, muy guapas todas ellas. Y un detalle que me gustó mucho es que para que se abra la puerta del vagón le tienes que picar un pequeño botón, y yo como idiota esperando a que se abriera el vagón solito, jaja. Pues el trayecto en metro fue tranquilo, ya después llegando a la estación deseada me subí al autobús que me indicaron me dejaría cerca de mi residencia y como que al chofer no le agradó mucho que me subiera con tremenda maletotototota, pero me valió madre... lo malo llegó cuando por fin me dejó el bus en la parada deseada... no mames, no había nada, sólo era como la entrada a un fraccionamiento, ¿y ahora a quién le pregunto o qué onda?... en eso que escucho detrás de mí: ¿Eres mexicano? Era un cuate bien alivianado que se bajó del autobús el que me cuestionó, no pues hice migas luego luego y medio me ayudó a buscar la dirección a la que iba, pero pues acá en la plática ya me dijo que él también vivía en una residencia de estudiantes y que al parecer había una habitación libre, "llévame carnal, chance me quedó ahí", Y es que esa colonia es como un fraccionamiento enooorme de casas muy grandes, caminamos una larga distancia porque el bus no entra hasta allá y pues me presentó con el dueño y ya apalabrados quedamos en que me quedaría ahí, lugar en el que sigo hasta la fecha. El chiste es que me va a salir muy barata la renta y la casa está muy bien, tiene de todo y es amplia. Ya al siguiente día me enteré mediante gente que lleva aquí más tiempo que la otra habitación que yo quería alquilar es muy mala porque tiene humedad y no sé qué tantos defectos más... concluyendo, aquí estoy bien, sin embargo algunos compañeros de la casa no me terminan de agradar, sin afán de ofender a nadie simplemente puedo decir que son demasiado Pendejos (o más bien Pendejas).

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